Hola a todos:
Antes que nada, quiero darle las gracias a mi familia y a las personas que han hecho posible que este libro vea la luz, además de a todos los que han confiado en mí y en mi proyecto.
Empecé a escribir esta novela en marzo del 2020, pese a que algunos de los conceptos, que luego plasmaría en ella, ya me rondaban desde hacía tiempo. En diciembre de 2019, soñé con un laberinto y me pareció que esa imagen onírica encajaría en una obra de ficción. Otras de las ideas y de los personajes los concebí mucho antes, diría que llevaba pensando en ellos incluso años.
Comencé a escribir sin saber muy bien adónde me conduciría, pero la propia historia me guio a la par que planificaba su estructura, sus protagonistas y su trama, entre otros aspectos.
Se dice que hay dos tipos de escritores: el escritor brújula, que es aquel que se deja llevar por su historia; y el escritor mapa, quien traza un plan en el que incluye los detalles de lo que quiere contar. Yo me identifico con ambos, porque en algunos momentos me ha guiado el propio hilo de la narración y en otros he planificado bastantes aspectos de los personajes principales, de la trama y subtramas de mi novela. Sobre todo, he querido que cada una de las piezas encajen, como en un puzle.
Lo más complicado de este proceso es que, mientras escribes, siempre te asaltan las dudas. Escribir es un acto solitario que requiere de una gran dosis de tenacidad, disciplina y humildad. A escribir se aprende escribiendo. Considero que uno nunca deja de formarse y que mi novela es un primer paso en este proceso, no solo en el campo de la escritura, sino en lo personal.
Escribir se ha convertido en mi mejor terapia, en una excusa para plasmar mis más alocadas fantasías y sueños, si bien no quiero, ni debo, perder de vista lo más significativo de la escritura: llegar a ustedes, a los lectores, y que se sientan identificados con los personajes, con sus miedos y anhelos, con independencia de que vivan en otro planeta o transiten por mundos extraños y, en ocasiones, repletos de misticismo.
Hay dos razones fundamentales que me han llevado a escribir esta novela. La primera es la de cumplir un sueño de mi niñez. Siempre quise ser escritora, sin embargo, la vida me llevó por otros derroteros durante muchos años. Por fortuna, he encontrado el camino de vuelta. La otra razón, y no menos importante, es la de dejar algo tangible a mi familia, creando un recuerdo en forma de libro.
Pienso que el entorno en el que me eduqué ha contribuido mucho en la temática del libro y en cómo evoluciona la historia. Mi familia ha sido una gran influencia en mi vida. Mis abuelas eran bastante religiosas y me infundieron la necesidad de buscar un sentido profundo, que fuera más allá de las vicisitudes de la existencia. Además, me contaban historias sobre magia, brujas, piratas que hacían volar mi imaginación hacia otros mundos. Considero que mi novela es muy personal, porque he volcado muchas ideas, sentimientos y anhelos en ella, además de algunos temores.
Pero, como he dicho antes, la idea no surgió de un día para otro. Ha sido un proceso de años en los que se ha ido gestando.
La historia se enmarca en un lejano sistema estelar, llamado Argos, en el que una Diosa permanece cautiva en un laberinto. Una antigua profecía habla de una joven que llevará a cabo la difícil tarea de liberarla. El libro transcurre a partir del momento en el que esa joven, Alice, aparece. Para liberar a la Diosa, Alice tendrá que pasar una serie de pruebas. y adentrarse en distintos mundos, en los que vivirá todo tipo de experiencias. Pero no estará sola: contará con la ayuda de los hijos de la Diosa y de otros compañeros de viaje.
Me gustaría leerles, a continuación, un pequeño fragmento de la novela:
Durante generaciones, los eruditos y sabios de Serpĕrian se afanaron por interpretar la profecía del Oráculo y descubrir qué relación tenía con las malévolas maquinaciones del rey del Abismo y el cautiverio de Serpěre. Todo parecía estar vinculado. Solo unos pocos se atrevieron a pronosticar que la elegida sería una niña, aquella que descifraría los misterios del laberinto. Se creía que este se ubicaba en Aeternus, una de las islas que rodeaban el continente. Nadie se había aventurado a viajar hasta allí, pues se encontraba muy cerca del Abismo Insondable, cuya sola mención provocaba un miedo irracional en quienes escuchaban su nombre.
El tema del laberinto, reflejado, además, en el título del libro, es sobre el que orbita toda la historia. El laberinto no solo entendido como estructura física, sino como el laberinto interior, aquel que debemos desentrañar para llegar a conocernos a nosotros mismos, el que nos conduce hasta la divinidad e, incluso, el que nos permite perseguir un sentido más elevado de nuestra existencia. Esa búsqueda es el tema fundamental de la novela.
Se exploran otros temas o ideas, como la búsqueda de la identidad a través del otro, el camino del héroe, la necesidad de redención, la lucha entre el Bien y el Mal, el tópico del amor post mortem, la necesidad de conectar con una madre espiritual y la reencarnación, entre otros.
La estructura del texto es circular, ya que el principio y el final están conectados. He querido recrear uno de los símbolos que aparecen en la novela: el uróboro, la serpiente que se muerde la cola. En este sentido, los personajes, cuando llegan a los últimos capítulos de la historia, ya no son los mismos, pues el laberinto los ha cambiado por completo. Esa conexión refleja, además, la idea de infinitud, la de que cada nuevo comienzo es diferente, porque el camino, así como las personas que nos encontramos en él, es capaz de transformarnos.
Hay un fragmento que trasmite muy bien esta idea:
—Nada permanece inmutable para siempre —dijo la diosa, que continuó con las reflexiones de su hermano—. Todo cambia y se transforma. A cada paso nos convertimos en otros distintos de los que fuimos ayer o hace unos instantes. En esa metamorfosis necesaria, cuyo avance no se puede detener, se halla la misma esencia del universo.
La novela nos presenta un mundo en el que habitan dioses, hombres y todo tipo de criaturas. Se puede entender como una especie de episodio piloto, donde ese universo comienza a descubrirse. Con bastante probabilidad tendrá continuidad en otras historias y por eso mismo se presentan muchos de los personajes de este universo, a pesar de que no todos tienen el mismo protagonismo o relevancia en la novela.
Por otra parte, su estilo es un tanto arcaizante, lo que responde al propósito de imitar los textos sagrados y leyendas tradicionales de diferentes culturas. Este es un libro de fantasía con un cariz místico y metafórico.
Solo me queda decirles que mi novela ya no es mía, sino de ustedes, de cada lector, que, con su mirada particular, es capaz de transformarla y añadirle con cada lectura una visión única. Considero que esa es la verdadera razón de ser de cada libro: la de liberarse y crecer con cada lectura y con cada uno de ustedes.
Gracias.
Amanda Roig
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